Hacía mucho que no actualizaba y prometí que en este blog lo haría más a menudo. Todavía no sé muy bien lo que quiero escribir y tampoco tengo ganas de teclear.
Bien, hablaré del fracaso, sí FRACASO, que es lo que estoy saboreando durante las últimas semanas.
Nunca había fracasado en nada, en ningún aspecto de mi vida, ni en la amistad, ni en el amor, ni académicamente... Quizá alguna vez sí me sentí fracasada respecto a algunas amistades, pero no tardé en darme cuenta de que todo aquello no fue cumpla mía, yo luché por ello e hice todo lo posible, sin embargo como suelo decir, cada uno elige su camino a seguir. En el amor no ha sido difícil no fracasar, por el sencillo motivo de no haber arriesgado nunca, pero académicamente estaba por pasar, por arriesgar demasiado. Siempre me he confiado en mi ágil capacidad para procesar la información, aprender cosas nunca me ha costado un gran esfuerzo y podía pasar los cursos sin grandes dificultades, hasta ahora. He fracasado académicamente, no he realizado todo el esfuerzo que debía, es más, no he realizado ningún esfuerzo, así que tendré que sufrir las consecuencias.
Lo que más siento es decepcionar a las personas que confiaban en mí, los que más que nadie desean que sea periodista. Seré periodista, me cueste lo que me cueste. Lo que tengo claro es que no me gusta este sabor, no quiero volver a fracasar, no quiero decepcionar a los que más me quieren, no quiero sentir este peso que me impide continuar. Me voy a esforzar por sacar mi futuro para delante, con fuerza, con ánimos y sé que lo lograré.
Por otro lado os informo de que este año no lo voy a perder, tengo entre manos varios proyectos que me ayudarán a evolucionar a nivel profesional. Pronto os lo contaré.